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SALA 1

Francisco Noziglia

"Hilos"

EN PRIMERA PERSONA

Mariana Weschler

"Detrás de la puerta"

LITERATURA

Las cosas siempre se transforman detrás de una puerta cerrada. Ese pensamiento la acompañó a Valeria desde el día anterior. Mucho antes de irse a dormir. Antes de la entrevista. Para ser precisa, un poco después de haberla pedido. Quería mantenerlo cerca para cuando lo necesitara. A pesar de que la experiencia le había enseñado a mantener las expectativas bajas, sentía cierta esperanza sobre esta institución. Tal vez las opciones no eran tan limitadas después de todo.

Mirando atentamente hacia arriba, Carlos encontró un dibujo color azul grisáceo. A medida que el sol iluminaba la imagen, las patas de la araña azulina se hacían más visibles. Tejía una tela en la esquina del techo. Del otro lado, unos ojos ínfimos la espiaban, y casi se podía asegurar, habían captado la mirada del chico. Carlos estiró una mano hacia arriba, despacio, suave. Sus dedos eran grandes y un poco toscos, por esto tuvo especial cuidado al momento de acercarse a la araña. Rozó apenas la pata peluda. Enseguida previó el peligro. En un idioma desconocido para todos, excepto para la araña, le avisó que se escondiera. Alguien estaba por entrar.

Otra vez las mismas preguntas:
Y, ¿cómo es Lola? ¿Cuál es el diagnóstico? ¿Accedió a la lectoescritura? ¿Cómo se relaciona? – y más preguntas repetidas. Valeria contestaba e imaginaba si a esa altura no podría tener una grabación con estas respuestas y hacer un playback. “Eso sí sería divertido” pensó y esbozó una sonrisa un poco descoordinada con la respuesta número ocho: “Necesita asistencia para ir al baño…sí”.

María con su cabello a la altura de la nuca, flequillo corto y espeso y sus remeras rosadas. Siempre usaba remeras de ese color, sabía que con ellas llegaba el halago “¡pero qué linda tu remera rosa, María!” Al igual que Carlos, estaba dispuesta a aprovechar las posibilidades que le ofrecía la luz del sol de la mañana. Sabía dibujar figuras con sus pasos. Las hacía con distintos tonos, ritmos y colores. Cada tanto echaba sobre su obra un toque de tinta diluida, para sellar su estilo. Era cautelosa en no invadir espacios, a pesar de que el propio era bastante grande. Sus pasos dibujaban un recorrido donde cada uno de los que la acompañaba en la sala estaba incluido de manera diferente. Un ocho alrededor de Lauti y Juanca, una luna bordeando a Carlitos. Una zancada en el espacio quieto que ocupaba Florencia con ese típico gesto de mal humor que, a pesar de su juventud, ya le habían trazado una arruga en el entrecejo. María seguía. Nada detenía su impulso creativo.

Valeria miró de reojo su reloj. Mientras evitara ahondar en detalles sobre su impredecible Lola, la reunión duraría más o menos lo que había planeado. Se distrajo sin querer con la puerta de la oficina. Los ventanales de colores le parecían hermosos, pero cuando estaban rotos, le resultaban igualmente tristes. Un color quebrado.
¿Y usted que querría preguntar?
Por más lógica que fuera, la pregunta la agarró casi por sorpresa. Si bien ya sabía que en estas instituciones eran los padres los que pedían un espacio para sus hijos y no a la inversa, Valeria sentía que era una lógica a la que nunca se iba acostumbrar.
Revisó en su archivo de experiencias anteriores qué sería útil preguntar, y descartó rápidamente “¿estará contenta acá? ¿Son cariñosos? ¿Respetuosos? ¿Van a intentar lo imposible?” Empezó por lo más formal:
- ¿Cuántos jóvenes son por aula?
- Según cómo funciona el grupo, alrededor de cinco.

Teo había entrado ese año a la sala. Se tomaba su tiempo en sentirse cómodo en un lugar pero se lo apropiaba de lo más bien. Le gustaba mantener las cosas en orden casi tanto como dar órdenes. Era un estratega. ¡Y cómo sabía de fútbol! Para Teo todo en la vida tenía que ver con ese deporte. Con su jugador en mano, tiraba su suerte con los dados confiado en que la meta estaba apenas a un paso de llevarlo al triunfo. Movía su goleador con gracia, y ayudaba a Lautaro, cuyo jugador estaba con una pata rota, a que recorriera su camino en el tablero en los pasos que le correspondían. Escuchaba a la hinchada sin distraerse de su objetivo, “¡Bien Teo, estás a dos casillas!”

- ¿Cuáles son los pasos a seguir en caso de que me parezca el lugar apropiado para Lola?– otra vez, Valeria preguntó exactamente lo que debía.
- Ahora Juana la acompaña a hacer un recorrido, le damos los papeles para completar y armamos una próxima entrevista con su hija. De lo administrativo quédese tranquila que lo vemos una vez que estemos encauzados con la admisión.
“Administrativo”, “formal”, “admisión”, “planillas”, “informes”… Valeria vio como todas esas palabras se escapaban por el vitral de la puerta. Y casi casi se olvidó para qué había ido hasta ahí. Qué es lo que la había entusiasmado en algún momento.

Lautaro no era tan fanático de los juegos, pero tenía un sentido del humor muy agudo. Con Teo había sentido afinidad desde el primer día y nada le divertía más que verlo enojar por que su equipo de fútbol favorito hubiera perdido un torneo, o porque alguien le hiciera una gastada con el tema del fútbol. A Lauti el deporte no le entusiasmaba. Le gustaba mirar a las chicas. Las de pantalones ajustados. Jamás perdía de vista el caminar de María. Florencia tenía más lindo cuerpo, o así lo creía Lauti, pero era muy aburrida. Igual, como solía estar muy pendiente de su teléfono, cada vez que tenía la chance, Lautaro la rozaba sin que ella se diera cuenta.

Un patio un poco oscuro. Una escalera empinada con enrejado de seguridad. Un comedor que se transforma en sala de reunión, que se convierte en salón de actos.
En el piso de arriba Juana abrió la puerta sin tocar.
- ¡Buenos díiiiiaaaaas!– interrumpió.
Le presentó a Valeria uno a uno los cuatro alumnos. Un muchacho grandote parado solo en el rincón, hacía ruidos guturales con una mano hacia arriba.
– Ese es Carlitos.

Una joven morocha de pelo corto, remera ajustada, un tanto renga, caminaba en círculos mirando hacia el piso. Un rastro de baba le caía de la comisura de los labios carnosos.
– María– señaló Juana.
Uno de los chicos estaba atento al juego de la Oca con un muñeco hecho a mano, un poco destartalado, y ayudaba a otro a mover su ficha que estaba en peor estado.
– Teo y Lauti–le mostró Juana señalando la mesa.
Por último le presentó a una mujer joven, de cabello tirante y ambo celeste que de inmediato guardó su teléfono celular en el bolsillo.
– Florencia, la auxiliar del grupo. La maestra debe haber salido un momento a buscar material– así concluyó la presentación.

De vuelta a casa, Valeria se sintió incómoda y extraña. Antes de encender el motor del auto sacó unos caramelos de miel que guardaba en la gaveta y esa idea que había reservado tan precavidamente.
– No está bien abrir sin tocar la puerta.

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Obra Vivir libre de Jessica Orsei de la categoría En Primera Persona Obra Vivir libre de Jessica Orsei de la categoría En Primera Persona

Jessica Orsei

"Vivir libre"

EN PRIMERA PERSONA

En la imagen se observa un dibujo realizado con lápices de colores sobre papel cuadriculado. En el dibujo se observa una estructura semejante a una raíz, que desde una zona central se va ramificando hacia abajo y los costados, con trazos en su mayoría curvos, pero con aristas y quiebres de línea cada tanto. Enredada entre las raíces aparece una forma humana de mujer, en los mismos colores y tipo de trazos que las raíces. Estas raíces se enroscan en todo su cuerpo. Las piernas se encuentran flexionadas hacia atrás, y los brazos flexionados con las manos hacia arriba. Tanto la raíz como el cuerpo son del mismo color marrón amarillento.

Desde la parte central o cuello de esta raíz surge hacia arriba un cuerpo redondeado, como un globo alargado, de color celeste. Dentro del mismo se dibuja una silueta de un celeste algo más intenso. Esta silueta se parece a un conejo.

Empiezas tu vida, naciste como cualquier ser vivo, en este planeta llamado Tierra, o bueno en este universo solo conocimos y detectamos como único por el momento, con la capacidad de seres vivos, al tener la estrella llamada sol tanto como el agua se pudo mantener vida por generaciones…

Eres la especie humana, pero tienes una dificultad, todos tenemos dificultades pero la tuya conocida como discapacidad, te creen inferior y a veces lo crees, dificultad para relacionarte, pero eso no impide vivir como quieres, así que pelea también esfuérzate, aunque cueste un poco más que el resto de los demás, cree en ti, aunque estés triste la tristeza se ira, siempre hay malos como buenos momentos, no te sientas como basura al no comprender cosas, nadie entiende todo, ¿Quieres vivir dependiendo de los demás?, suena dulce pero es amargo, no haces cosas que quieres, estas estancado atrapado ves a su manera no a la tuya, vives una sola vez, quieres ser manejado siempre como títere, no tengas miedo a manejar tu vida, ese momento debe llegar, sino lo quieres igual se hará, aunque no lo creas, no todos estarán dependientes de lo que necesites o quieres, has cosas por tu cuenta y si necesitas ayuda pídela pero no hagan el trabajo por ti , ya que pueden subestimarte haciendo que nunca llegues a hacer algo que con practica se logra , ya que nadie nace sabiendo, el tiempo pasa se feliz pero no ignorando tu bienestar cuídate quizás estés mal pero si no lo haces es peor para ti…

Tus dificultades no da razón para que te traten como un bebé ya que ellos no pueden comunicarse y por ello deben estar pendiente de ellos en cualquier momento hasta que sean niños, ya que la niñez pueden comprender cosas aunque unos adultos digan que no entienden nada eso es mentira a esa edad se empieza a entender y comprender, siempre se sigue aprendiendo y transformandote como la mariposa que va al mar y posa, cambiando su forma y nunca volviendo hacia atrás a sus viejas raíces pero siempre recordando su pasado, ten un futuro lejos de tus antiguos lazos paternales y haz uno por tu cuenta brillante como el sol.

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Analía Trezza

"Diálogos con la gente"

LITERATURA

1.
-Anita, ¿cómo estás?
-¿Cómo va, Flor?
-Bien, ¿vos? ¿Cómo va esa panza?
-Bien, todo bien. Por momentos algo cansada por la escuela. Tengo tres grados divinos, pero por momentos me agota.
-Y sí, yo la verdad, no sé cómo hacen. Me desesperaría estar en un aula con treinta pibes, me desmayo.
-No, no es para tanto. Bueno, a mí me gusta. Pero ya en breve paso licencia, salgo muy cansada algunos días.
-¿De cuánto estás?
-De siete ya.
-Yo no puedo creer que estés embarazada. ¿Qué se te dio después de tanto tiempo?
-No sé. Teníamos ganas hacía rato.
-¿Qué diferencia de edad van a tener?
-Ehhh, y, once años, porque los dos de los primeros días de enero. Once justito.
-Un montón. No sería por esa boludez que piensa la gente de no dejar al Nino solo, ¿no?
-No, Flor, nada que ver. Vos sabés bien que yo esas cosas no las pienso así.
-No, ya sé. Te jodo. Pero no puedo creer cuando la gente piensa y dice esas cosas. Yo tengo una amiga, la mamá de Bianca, vos la debés conocer de la escuela a Bianca, debe estar en tercero o cuarto.
-Sí, creo que sí.
-Sí, seguro. Bueno, la mamá es amiga mía, y pensaba eso cuando la tuvo a Bianca, la otra nena ya era re grande. Para que no quede sola, decía. Y va y le sale Bianca. Terrible carga le deja ahora a la otra hija, para que no se quede sola, le cagó la vida.
-Che, ¿y no sabés a qué hora juegan los pibes el sábado?
-No, ni idea, estuve toda la tarde en el gimnasio y no vi a nadie para preguntar.
-Menos ganas de madrugar el sábado… Bueno, Flor, nos vemos.
-Nos vemos, Anita.
-Llevo mate, llevate una torta de limón.
-Dale.

2.
-Buenas tardes, ¿cómo andan? ¡Qué lindo decoraron todo! ¡Me encanta!
-Sí, estuvieron trabajando todo el finde los chicos.
-La verdad, hermoso.
-¡Gracias! ¿Me firmás en las trece marquitas, Elena?
-Dale.
-¿Cómo andan, chicas?
-Hola, Ele. Hola, Cami, ¿cómo estás? ¿Trajiste a tu osito? ¿Cómo se llama?
-Si, no sale de su casa sin su osito.
-Hola, Elena, ¿todo bien?
-¡Ay! ¡Para qué les voy a contar! Pero ¿vieron cómo decoraron todo con animalitos? ¡Qué hermoso! ¡Es genial! A los chicos les re gustan los animalitos. Les re estimula todo lo visual.
-¿Te gustan los animalitos, Cami? ¿Cuáles te gustan?
-Los perros, los perros le encantan, y los que tenemos en casa son tan buenos, vos los vieras cómo se le acercan y la tocan. Parece que le enseñaran cómo acariciarlos. Ni que supieran. A Isi, ¿le gustan?
-Sí, sí.
-A Joaco también le gustan. Ahora lo estamos por llevar a equinoterapia también, dicen que les hace re bien.
-¡Ah, sí! Vos lo tendrías que llevar a Isi. ¿Pero qué estás haciendo acá? ¿Hace rato que no lo traen, no?
-No, estamos yendo a otro lado, pero vine a ver a Jorge, le dejé para que me haga unas recetas. ¿Y a vos, Cami, te gustan los caballos?
-Nunca la llevamos, no. A ella le gusta la música. Es una loca de la música.
-A Isi también le gusta la música.
-¿Va a musicoterapia?
-No, no.
-¡Ay, Ana! Lo tenés que llevar, ¿sabés lo bien que le haría? Y a hidroterapia también. Cami hace todo eso.
-Lo estamos llevando a natación, le encanta y puede estar con otros nenes. Nos dejan entrar con él.
-No, pero la terapia es otra cosa, trabajan cosas para que mejore, no es lo mismo. Vos lo tendrías que llevar a Fleni. Le vendría re bien.
-Es que nos parece que estamos bien como estamos, él está contento. Y se nos complicaría también todo el tema del tiempo. Jorge nunca nos dijo que lo llevemos ahí.
-Ah, no… yo dejé de trabajar por ella. Todo mi tiempo se lo dedico a lo que ella necesita. Estoy cien por ciento disponible.
-No, yo no es que no esté disponible, pero me gusta trabajar, tener mis cosas, poder estudiar.
-Sí, no. Yo tampoco dejé de trabajar. Está todo re caro, no es una posibilidad para nosotros.
-No, es que nosotros venimos para atrás económicamente, pero tendrá que trabajar más Aníbal, yo me dedico a la nena.
-Cami, ¿vamos? ¿Cómo andás?
-Me encanta que entre sola. A veces entro igual, pero que entre sola le hace bien. Che, ¿y ya empieza primer grado Isi? ¿Y Joaco?
-No, no. Salita de cinco.
-Joaco pasa a cuarto.
-Cami a segundo, pero un lío. Un desastre la escuela, no me la querían aceptar. Cualquiera, si ella trabaja con la escuelita especial. Ya le dije a la directora que no la puede rechazar porque le hago una denuncia. Ella va con su acompañante y trabaja lo que dice la maestra de la escuelita especial. Vos la vieras cómo trabajan. Son divinas las chicas. Le hacen hacer de todo, ¿viste la foto con el nombre? ¡Divino! Le escribieron en un cartel enorme el nombre y ahí la ayudaron a pintarlo todo de colores. Eso la estimula mucho. Y quedó un cartel enorme, hermoso.
-Yo a Joaco lo mando solo a especial. Si es lo mismo.
-¿Y sabe leer Joaco? ¿Le enseñaron?
-No. Es que hay cosas que no puede. Yo lo veo mucho en mi trabajo, hay papás que insisten mucho con eso, pero las cosas son así.
-¿Cómo así?
-Sí, que los chicos no van a aprender a leer y a escribir como todos. Pero hay padres que no aceptan que tienen un hijo con discapacidad.
-Pero ¿cómo sabés si va a aprender o no, si no le enseñás? A cualquier chico que no le enseñes, no aprende. Tenga o no tenga discapacidad.
-Claro, así como Cami, que pintó el nombre. Divino le quedó, si lo vieran.
-Bueno, la alfabetización es otra cosa, pero…
-Mirá, yo la traigo y la llevo a terapias todo el día. Hago siempre lo mejor para ella. Por eso te digo que tenés que sumar más terapias para Isi, porque me parece que es lo mejor para él…De veras, te digo, Ana, no pongas esa cara. Es lo mejor para él.
-¿E Isi a qué especial va?
-No, va sólo a jardín común.
-¿Vas a esperar que empiece primaria para articularlo?
-No, no.
-Ay, Joaco es feliz en la escuelita especial, ¿vos no querés que Isi sea feliz?
-Sí, sí.
-¿Y entonces? ¡Ay, mirá! Ahí sale Cami.
-Sí, pero sigue con Josefina ahora y, después, con Mariela. Tiene seguidilla hoy.
-¡Qué linda estás, Cami! ¿Cómo te fue? ¿Estuviste jugando o te hicieron trabajar mucho?
-Bien, Ana, decile, ¡cómo me va a ir!
-Está enorme, Ele.
-Ay, sí. Si pudiera dar en la tecla con esa vista, pero la llevé a miles de lados y nada.
-Mirá, Cami, ahí viene Mariela, chau, bombona.
-Chau, Ana, decile.
-Bueno, chicas, yo me voy a ir yendo. Vine a traerle eso para que me haga los papeles nomás, y tengo que pasar por el club a buscar al nene más grande.
-Ana, ¿querés que te pase el teléfono de la maestra integradora de Cami así hablás con ella y te quedás tranquila?
-No, no.
-Mirá que no tengo problema, ¡eh!
-No, no, gracias.
-Bueno, pero pensá aunque sea lo de Fleni.
-Sí, sí. Chau, chicas, nos vemos.
-Chau, Ana.
-Beso a Isi.
-Gracias.

3.
-¡Hola, Ani! ¡Tanto tiempo!
-Amiga, ¿cómo va? ¡Qué lindo verte!
-Bien, ¿vos?
-Bien, todo bien.
-¿El Isi?
-Bien, divino. Bastante caprichoso, enorme. El Nino también está enorme. Se va de vacaciones con los amigos.
-Faaaa, enorme. ¿Qué está, en cuarto, no?
-Empieza quinto.
-Che, pero ¿controlaron las crisis del Isi?
-Qué se yo, amiga. La verdad, es difícil saber eso exactamente. Parece que sí.
-¿Y por qué no consultan en otro lado? ¿Al Garrahan no fueron? Es el mejor lugar.
-Nosotros estamos conformes con su neurólogo, confiamos en él.
-Sí, pero el Garrahan, yo haría una consulta ahí. Te pedís un día en la escuela y vas.
-Sí…
-Vi las fotos que subiste, che, ¡cómo sostiene la cabeza! ¡Se sienta! ¡Mucho mejor está! ¡Re bien!
-Sí, sí.
-Che, ¿y qué te dicen los médicos? ¿Él va a poder caminar? ¿Va a hablar?
-No sé. Esas cosas son difíciles de asegurar, de saber. No te pueden decir eso. Tampoco saben. Ni cuándo ni qué.
-Por eso te digo, vos tendrías que llevarlo al Garrahan. Ahí sí te van a decir, es lo mejor del país.
-¿Sabés qué pasa, Lu? Que no es tan fácil como vos decís.
-Pero Ana, vos tenés que aceptar que tu hijo tiene una discapacidad.
-¿Vos me estás diciendo que yo no acepto que mi hijo tiene una discapacidad o qué me estás queriendo decir? Mirá, ahí viene Cami.
-¡Cami! ¿Cómo andás?
-¿Cómo andás, Lu? Ani, ¿todo bien? ¿Cómo anda el Isi? ¿Y el Nino?
-Bien, re grandes los dos. Le decía a Lu que Nino se va de vacaciones con los amigos.
-Fuerte. ¿Solos?
-No, los lleva un papá, pero igual…
-Y sí, de una. ¡Cómo crecen! Es re necesario que salgan y todo eso, pero debe dar miedo.
-De una.
-Che, vi la foto que subiste del Isi, lo lindo que está, zarpado en lindo.
-¿Viste, boluda? Es un bombón. Caprichoso, pero bombón. Vos sabés que yo creo que sos la única persona que me dice que el Isi es lindo…
-¡Nooo! ¿Vos decís?
-Sí, de una, casi segura, ¡eh!

4.
-Bueno, primero, les queremos agradecer que hayan venido.
-No, gracias a ustedes por convocarnos.
-Bueno, vamos a ir anotando algunas cosas. La idea es poder conversar un poco hoy para poder pensar cómo vamos a trabajar con Isi durante el año.
-¿Quién es el neurólogo de Isi?
-¿El pediatra?
-¿Cuál es el diagnóstico?
-¿Tiene controladas las crisis?
-¿Qué medicación toma?
-¿A qué edad lo diagnosticaron?
-¿Qué terapias hizo?
-¿En qué centro?
-¿Por qué dejaron?
-¿Cómo fueron las internaciones?
-¿Llegó al hospital convulsionando?
-¿Cómo es esa dieta que hizo?
-¿Quién es la nutricionista?
-¿Puede comer de todo ahora?
-¿Lo ve algún fisiatra?
-¿Qué otros médicos?
-¿Qué terapias hace?
-¿Sólo kinesiología?
-¿Terapia ocupacional no hace?
-¿Y fono tampoco?
-¿Por qué?
-Pero van a retomar, ¿no?
-Tendría que hacer terapias.
-¿Mastica? ¿Qué cosas come?
-¿Qué apoyos ortopédicos usa?
-¿Pensaron en pedirle una silla para el jardín?
-Nosotras necesitaríamos el número de la kinesióloga para poder comunicarnos con ella, ya que no hace terapias.
-Bueno, vamos a tener que articular con especial, además, porque ellas tienen los saberes específicos.
-Pero nosotros no queremos que articule con especial, y la familia tiene que estar de acuerdo, y no estamos de acuerdo.
-¿Sabés qué pasa? Que yo quiero lo mejor para tu hijo.
-Sí, sí. Pero no vamos a firmar nada para que articule con especial.
-Es que nosotras no podemos abordarlo, y menos si no hace terapias. No podemos hablar con nadie que sepa.
-Pero esto es una institución educativa, acá no tienen que abordar ningún aspecto médico, tienen que abordar contenidos pedagógicos. Y la kine ya indicó qué apoyos necesitaba.
-Es que en especial saben cómo adaptar los contenidos, ¿entendés?
-Pero si no nos preguntaron nada de Isi. Nos hicieron una entrevista médica. Eso que escribieron es una historia clínica, y cuando lo van a ver a Isi a la sala ni siquiera se le acercan, lo ven de lejos, ¿qué saben de él?
-Mirá, bueno, te repito: nosotras queremos lo mejor para tu hijo, ¿entendés? Entonces, en principio, tendría que empezar a hacer terapias. Nosotras vamos a llamar a la kinesióloga, nos vamos a comunicar con ella para que nos dé unas pautas, para ver cómo podemos avanzar.
-Sí, sí.

5.
-¿Cómo estás?
-Bien, ¿vos?
-Bien, gracias. Sentáte.
-…
-¿Sí?
-No sé, Adriana, lo pienso un montón y a veces no sé qué pensar. La verdad es que más allá de que a mí siempre me ha dado miedo enfermarme y todo eso, esto de la pandemia
es más complejo. No sé bien. El año pasado, cuando empezó todo, por momentos me sentía culpable, porque la verdad, la estaba pasando re bien. Ahora por ahí es distinto, pero el año pasado la pasamos bárbaro, cuando se cerró todo, digo, y todo el año, después, y pienso que es un poco egoísta, porque hubo mucha gente que la pasó como el culo, pero yo la pasé bien… No sé; con mi familia, sin ver gente. Claro que extrañaba a mi familia, a mis viejos, a mis hermanos, a mis sobrinos, sobre todo después de mitad de año. Imagináte que mi vieja me llamaba llorando, preguntando cuándo nos íbamos a poder ver. Pero ir a Pehua estaba descartado desde el principio, así que no sé, creo que la pasé bien porque no vi gente. O sea, porque no estuve con gente así en situaciones cotidianas, eso me cansa. A veces me hace mal. Yo sé que no está bueno eso, pero me pasa. No sé, estar con gente, tener que estar guardándome respuestas, disimulando que me molesta lo que me preguntan, o lo que me dicen, no sé… yo sé que no es de mala leche, incluso muchas veces con las mejores de las voluntades, pero no sé…
-¿Sí?
-Nada, que a veces quiero que no se vuelva nada a la “normalidad” anterior. Igual ya ahora está todo volviendo, pero a veces nos dan ganas de irnos a vivir solos al medio de la nada. No sé. En realidad siempre tuvimos esa idea de irnos de acá, pero ahora es distinto. Ya sé que no es cuestión de no ver nunca más a nadie, porque tampoco eso es lo que quiero, pero no sé. No tengo ganas de estar dándole explicaciones a todo el mundo todo el tiempo, o explicando cosas, interpelando a la gente, que encima se cree que se las sabe todas y a veces, no sabés lo que lastiman, y ni se dan cuenta, con algo que no es malintencionado, claro. Pero es como que me agota, no sé, me abruma y me angustia.
-Bueno, con esa angustia hay que hacer algo.
-Y sí… sí… por eso quiero pensarlo, por eso lo pienso tanto, creo. No es todo el mundo, o sea, no es toda la gente. Pero es la mayoría, a veces es difícil estar evaluando casi constantemente si digo o no digo algo, si planteo lo que pienso o no, si expongo a la otra persona a que piense que lo que está diciendo es una mierda o no. No siempre tengo ganas, no siempre tengo… no sé, la estabilidad, capaz, porque no es fortaleza, es algo más como tranquilidad, o eso, estabilidad, como para decirlo sin exaltarme, sin quedar violenta, sin largarme a llorar a mares. Es re difícil. No sé, digo, me refiero al círculo de gente más cercano, ¿no? Con el gil que opina sobre mi hijo en la cola del supermercado, si me agarra un día cruzada, capaz que me descargo toda la bronca, o lo ninguneo y
listo. El tema es esa gente que no quiero o no puedo dejar de ver, en realidad. Digamos, la gente que forma parte de mi vida, de la vida de mi familia. ¿Entendés?
-Sí, claro. Son decisiones que vas a tener que ir tomando. Vamos a dejar acá.

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Daiana Micaela Quinteros

"Excesiva dependencia"

ARTES VISUALES

En la imagen se observan dos fotografías a color que forman un díptico. Las dos fotos tienen en común un fondo oscuro, negro del que emergen las personas, iluminadas. A la derecha de ambas fotos hay una especie de cortina que cierra el cuadro, igual en las dos.

En la foto de la izquierda hay dos mujeres paradas y una sentada en el piso que rodean a un niño, que está sentado en una silla. Las mujeres son rubias de pelo medianamente largo, y las dos que están paradas parecen iguales. La que está sentada en el suelo nos da la espalda. Tienen la misma camisola blanca con algo negro, posiblemente polleras negras. El niño sentado tiene piel clara, pelo corto oscuro, una remera de cuello alto blanca y un pantalón corto negro. Tiene la boca semiabierta y los ojos entrecerrados, dando la impresión de estar sufriendo de algún dolor o molestia. Una de las mujeres le toma la remera, una de las que están paradas tiene su mano derecha sobre la frente del niño, y le acerca a la boca un frasco blanco de plástico del tipo de los de medicamentos con la izquierda. La otra le acerca un pequeño racimo de uvas negras con su mano derecha mientras posa la izquierda sobre el hombro derecho del niño.

Sobre el mantel de colores claros que cubre la mesa hay un plato con un racimo de uvas negras, hay también unas cajas de medicamentos de color blanco con una franja azul, la tapa del frasco que sostiene una de las mujeres, y una caja de color cartón con una tira azul en su tapa. Sobre ella hay un frasco con gotero y otro frasco de plástico más pequeño.

En la segunda foto aparecen tres jóvenes muy parecidos al niño de la primera foto. Parece tratarse de 3 imágenes del mismo joven. Usan un pantalón negro corto y el torso y los pies desnudos. Uno de ellos está sentado en la misma silla de la foto anterior, mirando al frente, tiene los pies apoyados sobre el asiento de manera que las rodillas le llegan hasta la mitad del pecho. Tiene su mano izquierda sobre su cabeza, y con los dedos crispados se agarra la frente. Con la mano derecha toma su mentón, en el ángulo entre pulgar e índice y aprieta estos contra las mejillas a ambos lados de la boca.

Otro joven vestido de la misma manera está sentado en el piso a los pies del anterior, un poco a su izquierda. Tiene una tela clara sobre su rostro. Sostiene la tela con sus dos manos. Parado a la izquierda del joven en la silla está el tercer joven. Está inclinado hacia este, y dirige hacia él su rostro. En la mano derecha sostiene el frasco con gotero, boca abajo. Con la mano izquierda señala al joven de la silla con el índice extendido. Sobre la misma mesa con el mismo mantel está el plato con el escobajo sin las uvas. Sobre el plato y la mesa hay píldoras blancas. La caja de cartón está abierta, mal tapada y hay algunos de los frascos se ven sin tapa, volcados.

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Obra Alihuesas de Alisón de la categoría En Primera Persona Obra Alihuesas de Alisón de la categoría En Primera Persona

Alisón

"Alihuesas"

EN PRIMERA PERSONA

La imagen es una captura de pantalla de la red social instagram, en donde se observa a la izquierda la publicación de una radiografía de dos pies. A la derecha, en la parte superior se lee el nombre del perfil de instagram, que es alisonartista, luego un punto, y luego se lee la opción Seguir. Debajo, se reitera el nombre del usuario alisonartista, seguido del título “Alihuesas”. Debajo se lee: Ay este alidolor que gritan mis alihuesas! Esqueleta de aliamor con bocas en lloradera. Tanta boca tanta grita. Debajo se ven los símbolos para colocar "me gusta", comentar o compartir la publicación. Debajo se lee 6 Me gusta, y a continuación se lee la fecha 5 de diciembre de 2021.

Obra Entender de Eva Raman de la categoría Artes Visuales Obra Entender de Eva Raman de la categoría Artes Visuales

Eva Raman

"Entender"

ARTES VISUALES

La imagen es un dibujo realizado en forma digital. Sobre un fondo blanco se observa en el centro un dibujo realizado en líneas negras de dos figuras que están una frente a la otra. La figura que está a la izquierda es usuaria de silla de ruedas y sostiene con sus manos una maceta con una flor marchita de color amarilla. La figura que está a la derecha se encuentra de pie y sostiene una regadera con la que riega la flor que tiene la otra persona. La imagen de ambas figuras se refleja de manera inversa en la parte inferior sobre un fondo celeste, la persona en silla de ruedas aparece a la derecha y la que está de pie se observa a la izquierda.

Obra Las puertas del cielo de Agustín Gasbarro de la categoría Artes Visuales Obra Las puertas del cielo de Agustín Gasbarro de la categoría Artes Visuales

Agustín Gasbarro

"Las puertas del cielo"

ARTES VISUALES

La imagen es una fotografía a color. En el centro y en la parte inferior de la fotografías se observa a un hombre usuario de silla de ruedas mirando hacia el frente, sobre la vereda. Tiene una barba blanca, lleva una gorra con visera color marrón, y está vestido con una remera de manga larga blanca y un jean color azul. En su silla tiene colgada una manta del lado izquierdo y un paraguas del lado derecho.

A sus espaldas se observa el frente de la catedral de la Ciudad de la Plata, un edificio de estilo neogótico de ladrillo, con ornamentos en piedra blancos y negros e imágenes de figuras religiosas, y puertas de madera con detalles de figuras talladas en la parte superior. El hombre se encuentra al pie de una larga escalinata con dos tramos, dividida con una reja negra, que conduce a las puertas de ingreso.

Obra Minsk de Anabella Pecheny de la categoría Artes Visuales Obra Minsk de Anabella Pecheny de la categoría Artes Visuales

Anabella Pecheny

"Minsk"

ARTES VISUALES

Este fanzine fotográfico y collage, analógico y digital cuenta con 16 páginas en formato A4, en PDF. En él se pueden ver diferentes collages y palabras que van describiendo a la familia de la autora (ver descripción al inicio de la obra).

Mirá la obra en este LINK

Obra Su bastón de Lucas Leonardo Ciancaglini de la categoría Artes Visuales Obra Su bastón de Lucas Leonardo Ciancaglini de la categoría Artes Visuales

Lucas Leonardo Ciancaglini

"Su bastón"

ARTES VISUALES

La imagen es una fotografía en blanco y negro. En el centro de la imagen y en primer plano se observa la mano izquierda de un hombre adulto que agarra con fuerza un bastón, con dos dedos extendidos hacia el frente y el resto flexionados hacia atrás. En su muñeca lleva un reloj de agujas con la correa metálica, y una fina pulsera trenzada de color oscuro. En segundo plano y con menos nitidez, el costado izquierdo de la imagen detrás de la mano se puede ver parte del cuerpo de la misma persona, específicamente la parte superior de la pierna, la cintura y parte del torso.

Obra Por el campo de Marita Budino de la categoría Artes Visuales Obra Por el campo de Marita Budino de la categoría Artes Visuales

Marita Budino

"Por el campo"

ARTES VISUALES

En la imagen se observa una acuarela que tiene como motivo central un caballo de color castaño claro, brillante, con cara blanca sombreada de gris. El caballo está corriendo hacia el frente, el pecho y las patas están sombreadas de gris y negro, y la cola está algo elevada dando la sensación de carrera y viento. Vemos el flanco derecho del animal. El suelo debajo es de color gris verdoso, y con la imagen difusa de gramíneas secas. Hacia atrás el fondo toma color rojizo óxido y más atrás formando el fondo en tonos de grises y muy difusos hay un árbol sin hojas a la izquierda del cuadro y un alambrado y una construcción baja a la derecha. El cielo es blanco y gris, con algunos tonos azulados a la izquierda de la imagen.

Obra Bosque 1 de Ignacio Pico Estrada de la categoría En Primera Persona Obra Bosque 1 de Ignacio Pico Estrada de la categoría En Primera Persona

Ignacio Pico Estrada

"Bosque 1"

EN PRIMERA PERSONA

La imagen es una fotografía de una obra realizada con acrílico sobre lienzo, en la que se observan en primer plano la parte inferior de los troncos de un conjunto de árboles, en color marrón oscuro, que se extienden hacia la línea del horizonte. Se encuentran iluminados desde atrás con sus sombras proyectadas hacia el frente. En el suelo se distinguen pinceladas de diversos tonos de naranjas, amarillos, rojos y verdes. Al fondo de la imagen se observa el cielo en celeste claro, con sombras oscuras y con poca nitidez.

Obra Liberando pájaros a la luna llena de Catalina Ester Guerrero de la categoría Artes Visuales Obra Liberando pájaros a la luna llena de Catalina Ester Guerrero de la categoría Artes Visuales

Catalina Ester Guerrero

"Liberando pájaros a la luna llena"

ARTES VISUALES

En la imagen se ve una obra en acrílico sobre lienzo, donde predomina un color gris ligeramente azulado que da un aspecto oscuro a la obra. La escena central se desarrolla en la abertura de una ventana cuyos dos lados están formados por ladrillos grandes y la parte superior por un arco de medio punto. Una persona delgada, en una silla de ruedas extiende sus brazos hacia adelante y arriba, y desde sus manos sale un pájaro con las alas extendidas, por sobre él, hay ya dos más volando más alto y uno se ve parcialmente al costado derecho de la imagen. Tanto los pájaros como la persona y su silla están en color gris azulado oscuro, rodeados de trazos blanquecinos que resaltan y definen mejor las figuras. Más alto en el cielo, sobre la persona, aparece un círculo poco definido de color blanco que sería la luna, cuyo color pierde fuerza al expandirse hacia el resto del cielo y hay pequeñas manchas blancas a su alrededor, como estrellas. Fuera de la luna, la mitad superior del cielo tiene tintes rojizos y la inferior, azules con trazas de verde. Lo mismo sucede en las paredes de ladrillo de la ventana, en las cuales trazos blancos marcan los ladrillos. El piso es gris azulado oscuro, igual al color del marco de la imagen.